Seguro que es una de las preguntas que te has hecho alguna vez y a la que habrás recibido multitud de respuestas (algunas más acertadas que otras). La premisa básica que deberías seguir es la de “aquello que no me eche a perder todo el esfuerzo realizado hasta ahora”, es decir, asegura unos alimentos que te permitan dormir bien y que no te hagan padecer molestias gastrointestinales el día siguiente. Esto, a nivel nutricional, se traduce en una ingesta que está basada en alimentos bajos en fibra y grasas, sin sustancias picantes o de sabores fuertes. Contra más seco y pre – digerido sea, mucho mejor.
Si lo que te espera mañana es una competición de larga distancia, el trabajo ya lo tendrías que haber hecho los días anteriores con una correcta sobrecarga de glucógeno muscular, la cena repercutirá poco en tus niveles de glucógeno finales (durante la noche el cuerpo usa glucógeno hepático, no muscular). Si la competición es de corta duración, como hemos comentado, el principal objetivo es evitar cualquier molestia o malestar a la mañana siguiente.
Aquí dejamos algunas ideas que pueden ser útiles:
- Puré de patatas con leche desnatada sin lactosa y zanahoria hervida
- Papilla de cereales hidrolizados con leche desnatada sin lactosa
- Smoothie con leche desnatada sin lactosa y copos de avena
- Arroz con leche desnatada y sin lactosa
- Papillas de maíz
- Sándwich vegetal de jamón dulce y quesito desnatado
- Sándwich vegetal con tortilla francesa
- Sopa de sémola de trigo con zanahoria
- Polenta con pescado al vapor y zanahoria